domingo, 5 de septiembre de 2010

La Historia del Agua Embotellada

Un pequeño documental muy interesante. Espero les guste.

México: Hidroarsenicismo regional crónico endémico

Torreón, en Coahuila, y Gómez Palacio y Ciudad Lerdo, en Durango, son las ciudades que reportan los más altos índices de hidroarsenicismo en el país.

Lo que deberían saber —y no saben— los habitantes de la región lagunera acerca del arsénico y el cáncer: beber agua con un contenido de arsénico mayor al indicado por los especialistas provoca una afección que se llama hidroarsenicismo crónico regional endémico.

Este mal se encuentra ampliamente extendido en el país. México ocupa el segundo lugar entre los países afectados por el HCRE.

El arsénico es un elemente químico presente en los suelos de origen volcánico, altamente tóxico. Se trata de un veneno sumamente potente para los humanos, y en dosis altas es generalmente letal.

El arsénico ha sido identificado como un elemento tóxico desde hace mucho tiempo. En 1999, un reporte de la Academia Nacional de Ciencias estableció que el arsénico en agua para beber causa cáncer de la vejiga y los pulmones, y podría relacionarse con enfermedades degenerativas —las que padecen los ancianos— en hígado y riñones.

Los síntomas y signos del envenenamiento con altas dosis de arsénico son muy diversos. Entre sus manifestaciones se cuentan varias patologías cutáneas —enfermedades de la piel— como el cáncer de piel, y puede causar otros tipos de cáncer.
Torreón, en Coahuila, y Gómez Palacio y Ciudad Lerdo, en Durango, son las ciudades que reportan los más altos índices de hidroarsenicismo en el país.
El problema no es nuevo. La gente que va a vivir en esos sitios lo ha sabido desde siempre, pero no puede hacer nada.
Más aún: el derrame de arsénico en esos lugares es resultado del funcionamiento de las industrias que los proveen de empleos. Si se sacaran de esos sitios, la gente tendría que emigrar para no morirse de hambre.
Se trata, pues, de una dolorosa tragedia: los mata lo mismo que les permite vivir.
Y no son muchos, unos pocos cientos de familias que se dedican a recolectar el veneno que queda como residuo de la obtención del mineral; la frecuente ironía de la vida y la muerte, inseparables.

editoriales@vanguardia.com.mx
Por Lucía Teissier
03 MAY 2006
FUENTE: Vanguardia.com.mx MÉXICO
http://srv2.vanguardia.com.mx/hub.cfm/FuseAction.Detalle/Nota.529954/SecID.21/index.sal