lunes, 26 de agosto de 2013

Grave daño ecológico por el gas shale: ONG.

Milenio Edición Nacional
20 de agosto de 2013
Nayeli González


La Alianza Mexicana contra el Fracking exige a los legisladores prohibir la explotación de ese hidrocarburo, por sus elevados costos sociales, ambientales y económicos


La propuesta de reforma energética del gobierno federal que busca impulsar la explotación masiva de gas shale no toma en cuenta los problemas de salud y los altos índices de contaminación que generan estas prácticas, denunciaron organizaciones ambientalistas.

Según los activistas, el único objetivo que ha tomando en cuenta el documento de Enrique Peña Nieto son los beneficios económicos que esta industria generará para la iniciativa privada; sin embargo, dejan de lado otros sectores, como agricultura, ganadería y turismo, pues serán los principales afectados con la contaminación que genera la extracción de gas shale en los mantos acuíferos. 

En conferencia, representantes de Alianza Mexicana contra el Fracking pidieron a los legisladores “que apliquen el principio precautorio en el tema del gas shale y prohíban su explotación, debido a que numerosas investigaciones alertan sobre los elevados costos sociales, ambientales y económicos como consecuencia de la extracción del hidrocarburo”. 

Nathalie Seguin, representante de Red de Acción por el Agua e integrante de la alianza, mencionó que desde hace 10 años se realizan trabajos importantes en esta materia, lo cual ya ha causado la contaminación del agua y ha dañado la salud de la población que vive en las zonas cercanas a los pozos.

Entre los principales problemas que generan estos desarrollos está la disminución en la disponibilidad de agua para los seres humanos y ecosistemas, ya que se requieren de 9 a 29 millones de litros para la fractura de un solo pozo.

La técnica para explotar dicho hidrocarburo requiere una perforación vertical que a los 2 mil 400 metros se hace horizontal, para después introducir un recubrimiento de concreto.

Posteriormente se inyecta una importante cantidad de agua, que se mezcla con diferentes químicos y arena, con lo cual se fracturan las rocas que contienen el combustible, lo que genera riesgos de contaminación a los mantos acuíferos. 

“El flujo del gas disminuye muy pronto, por lo cual, para mantener la producción, es necesario realizar continuamente el procedimiento de fractura hidráulica en un mismo pozo”, explicaron los ambientalistas. 

Es por ello que pidieron al gobierno federal prohibir la explotación de este gas, toda vez que consideran que “violenta el derecho de acceso al agua”.

De acuerdo con un documento presentado por los ambientalistas, “la explotación de los 20 mil pozos anuales que se plantea desde diversos sectores, supondrá un volumen de agua equivalente al necesario para cubrir el consumo doméstico de entre 4.9 y 15.9 millones de personas en un año. En Coahuila, una de las regiones donde esta actividad se está realizando, la disponibilidad de agua es ya limitada”.

Por otro lado, mencionaron que en EU ya existen más de mil casos documentados de contaminación de fuentes de agua cerca de pozos de gas de esquisto, ya que en total se han identificado más de 2 mil 500 productos y 750 tipos de químicos en el fluido de perforación.

Sobre el tema, Claudia Campero, representante de Blue Planet Project, señaló que más de 25 por ciento de estas sustancias causa cáncer y mutaciones; 37 por ciento afecta al sistema endocrino; 50 por ciento daña el sistema nervioso y 40 por ciento provoca alergias. 

Los representantes de la alianza, conformada por Greenpeace México, Fundar y El Poder del Consumidor, entre otras organizaciones, dijeron que la seguridad energética del país no debe acotarse al aumento en la explotación de los hidrocarburos, sino dar un mayor impulso a las energías limpias y renovables.

De acuerdo con la propuesta de reforma energética del gobierno federal, el año pasado en Estados Unidos se otorgaron 9 mil 100 permisos para la perforación de pozos, con la participación de 170 empresas e inversiones de entre 50 mil 400 y 63 mil millones de dólares.

En México se dieron apenas tres autorizaciones para perforaciones exploratorias. El costo para los trabajos en lutitas oscila de 8 a 10 millones de dólares por perforación. 

EL PLAN DE EXPLOTAR 20 MIL POZOS ANUALES REQUERIRÁ AGUA EQUIVALENTE AL CONSUMO DE HASTA 15.9 MILLONES DE HABITANTES.


http://www.milenio.com/cdb/doc/noticias2011/5e18b4a3165222cc489950678b7655ff#

Gas shale en Coahuila tiene dos caras

Domingo 25 de Agosto de 2013.
Elia Baltazar

Las reservas de gas y petróleo shale en el norte de Coahuila que podrían ser explotadas tras la reforma energética tienen un potencial económico para el Estado, pero también un riesgo ambiental. 

 El Gobierno federal invertirá 244 millones de dólares para explorar yacimientos de hidrocarburos atrapados en formaciones rocosas de lutitas o esquiste, conocidas como "shale", en Coahuila y Veracruz, ante la posibilidad de extraer millones de barriles de petróleo y metros cúbicos de gas. 

El proyecto ha sido descrito por autoridades de Coahuila como un detonante económico, debido a las obras de infraestructura requeridas y la generación de empleos. 

Sin embargo, la polémica sobre la seguridad ambiental de extraer gas y petróleo shale no ha sido resuelta y el método de explotación ha dejado daños ambientales en otros lugares donde se aprovecha este hidrocarburo, principalmente en Estados Unidos.

El método utilizado se conoce como "fracking" y consiste en la fracturación de las rocas que atrapan el hidrocarburo, para lo cual se inyecta agua, arena y químicos a alta presión para forzar la salida de petróleo y gas. 

Pero esta técnica requiere el uso de grandes cantidades de agua y presenta el riesgo de la filtración de químicos al subsuelo, causando la contaminación de acuíferos. La explotación de gas y petróleo shale es parte de las iniciativas de reforma energética del presidente Enrique Peña Nieto y el PAN para permitir a empresas privadas participar en estos proyectos, pues Pemex no tiene los recursos para la extracción.



domingo, 11 de agosto de 2013

El agua buena.

MANUEL VALENCIA CASTRO
EL SIGLO DE TORREÓN
17/JULIO/2013


Me encuentro en Toronto, en la provincia de Ontario, Canadá, a donde viajes fuera de los límites urbanos, te encuentras con grandes lagos y ríos caudalosos, es una región rica en agua. Para una persona como yo, que tiene echadas sus raíces en un desierto y que cada año espera por lo menos una lluvia normal dentro del promedio, estar aquí es casi como un sueño. Porque además en los últimos años ha llovido muy poco y la sequía nos tiene en tres y dos. 

En la casa donde amablemente fuimos recibidos, no existe más infraestructura hídrica que la tubería que llega y la que distribuye dentro de la casa el vital líquido. No hay hidros, ni bombas, ni tinacos, estamos en el tercer piso y la presión del agua es superior a la que produce cualquier hidro allá en mi tierra, recordé que alguna vez, guardadas las debidas proporciones, también nosotros teníamos una presión adecuada que no requería de ningún accesorio para aumentarla, pero algo ocurrió y ahora quienes pueden no tienen más remedio que agregarlos a su casa y quienes no pueden, atenerse a las molestas e insalubres restricciones o tandeos del agua entubada, así las cosas. 
Había olvidado el sabor del agua, después de la cena de recibimiento tuve sed y busqué el botellón del agua y no lo encontré, con pena pregunté y me indicaron sin ningún complejo que se tomaba el agua de la llave. Cuando me serví el agua y la tome, vinieron más recuerdos a mi mente, el sabor del agua buena, lo había olvidado, el sabor era simple y llanamente aquel que también alguna vez tuvo el agua de la llave de mi casa. No estoy descubriendo una nueva propiedad física del agua, pero si tomas hoy día agua de la llave de casi cualquier parte de la Comarca Lagunera, el sabor será salado y, si la tomas de una botella de esas que son carísimas, será insípido por la ausencia casi total de sales. Nosotros utilizamos los términos agua dulce para diferenciarla del agua salada de los mares y los océanos, pero en realidad son más que un término, se trata del agua que bebemos que nos quita la sed, que nos satisface y nos agrada.
 El agua que actualmente bebemos en la Comarca Lagunera dejó de ser no solamente buena, también dejó de ser segura. Muchos amigos se resisten a comprar el agua embotellada que aunque no es refrescante, aparentemente es segura. Yo dejé de hacerlo, primero porque empecé a notar hace ya muchos años, el arcoiris plateado y violáceo que se forma cuando el agua se contamina con aceite, y aunque no era todo el tiempo temí por la salud de mi familia. Actualmente, se ha agregado la contaminación por arsénico y flúor, la cual si bien es general, ignoro esta información para el caso particular de donde vivo, y ante esta situación mejor prevenir, si es que así se le puede llamar a tomar agua embotellada, que lamentar. 
Las cosas han cambiado y muy poco se hace para mejorar la disponibilidad de agua buena. El uso de filtros a pie de pozo o domiciliarios, efectivamente pueden retirar las sales del agua, incluyendo las de arsénico, sin embargo, la disponibilidad del líquido ha disminuido dramáticamente y no está claro qué decisiones se van a tomar para resolver este problema. Por otro lado, la recurrencia de las sequías agravan cada vez más el asunto, porque por un lado disminuye el agua que corre por el río y que es almacenada, regulada y derivada de las presas, y por otro, como resultado del primero, se sobreexplota aún más el agua del subsuelo o acuífero subterráneo, alejando cualquier posibilidad de solución a corto plazo. 
La historia nos dice que cuando el agua se gestiona de manera como se hace en la Comarca Lagunera, la desertificación acaba con la disponibilidad del recurso y conduce a la desaparición de sociedades, que como la nuestra depende de una Cuenca Hidrológica que tiene como característica la escasa e irregular precipitación pluvial. 
Pero el problema más grave es, por desgracia, que lo que se está ocasionando se sabe, se conoce, lo cual significa que voluntariamente estamos acabando con el elemento vital y de paso con nuestra capacidad de permanecer.

http://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/893083.el-agua-buena.html