sábado, 4 de agosto de 2012

Agua, divino tesoro para comunidades coahuilenses

En Parras de la Fuente y de Cuatro Ciénegas, en Coahuila, piden a las autoridades que no dejen de apoyar con el suministro del líquido, con el cual aminoran en buena medida los efectos de la sequía.

MILENIO LAGUNA
Édgar Moncada

Saltillo, Coahuila
La comunidad de Estanque del León es el ejido más alejado de la cabecera municipal de Cuatrociénegas, se necesitan cuatro horas para llegar por lo que incluso en situación de emergencias sus habitantes recurren a las autoridades de Parras de la Fuente, la falta de lluvia hizo que incluso los humanos bebieran agua en el mismo estanque en el que lo hacen los pocos animales con los que cuentan.
 Son 222 habitantes, se ven de todas las edades y la mayoría de ellos ha vivido ahí desde que vieron la luz por primera vez, como la señora María de los Ángeles Esparza quien confirma que el rancho donde le tocó nacer es de los más recónditos, “queremos que no se olviden de nosotros, que nos sigan apoyando”.
 La mujer comentó que hace apenas unos días cayeron unas gotas de lluvia, pero ya habían cumplido un año sin precipitación. Señaló que debido a que compartían el agua con animales como perros y cerdos, las enfermedades gastrointestinales son muy comunes, especialmente entre los niños. Por esa razón piden a las autoridades de la Conagua que no dejen de suministrarles las dos pipas con agua que semanalmente les llevan para su consumo personal.

 Otra beneficiada
 El ejido El Porvenir, ubicado en el municipio de Parras de la Fuente, a unos 130 kilómetros de la capital Saltillo. En este lugar habitan 150 personas quienes obtienen sus ingresos con la venta de la hulla, material utilizado como materia prima para la elaboración de cepillos y productos similares.
 La señora Teresa de Jesús Contreras comentó que la falta de lluvia también les afectó mucho, sobre todo en las labores del campo, en la obtención de la hulla.
 Además de que no han tenido lluvias en los últimos meses, el papalote con el que cuentan frecuentemente sufre desperfectos por lo que se complica obtener agua para sus necesidades más básicas.
 Se han visto en la necesidad de pedir un poco de este líquido a comunidades relativamente cercanas, aunque tienen que transportarla al menos dos kilómetros, algo que requiere de mucho esfuerzo, como esto lo confirmó el señor Clemente Rada.
 “Traes 400 litros en un carretoncito con dos burritos, en veces se te cae antes de llegar y tienes que regresarte otra vez y sí está complicado para traerla pero tiene uno que abastecerse del agua”, dijo.
 Agrega que en ocasiones el agua que sustraer el papalote tiene altos niveles de salinidad lo que ha generado también enfermedades gastrointestinales en los más pequeños.



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